www.TRADICIONGAUCHA.com.ar
El Sitio de la Tradición Gaucha Argentina |
El estudioso
del cancionero criollo suele quedar sorprendido al comprobar la antigüedad,
persistencia y difusión de algunos bailes apenas mencionados y generalmente
desconocidos. Danzas de lejana desaparición se animan y agigantan merced
a los documentos. La confusión y oscuridad que en el ánimo del investigador
han reemplazado la claridad general del primitivo candor, tienden a
disminuir. Cada monografía deja un hilo de luz en el pasado anochecido. Por incompletas que sean las monografías, su concurrencia
a fundamentar la visión de conjunto está destinada a producir satisfactorio
fruto. Ya empieza a comprenderse la preponderancia del subfoco hispánico
virreinal del Perú y su poder radial; ya se verá la oposición renovadora
del porteño y la escasa influencia del brasileño. Veamos lo que añade
"La Mariquita", según las escasas y contradictorias referencias
que hemos podido encontrar. HISTORIA Don Ventura R. Lynch señala su presencia en la provincia
de Buenos Aires, añadiendo que llega a los dominios del gaucho hacia
1850. (Ya se sabe que Lynch da estas fechas a base de recuerdos, pues
escribió alrededor de 1880). La mención del ilustre monografista contrasta
con las más detalladas que hace de otras danzas. Su brevedad permite
suponer que "La Mariquita" tuvo limitado suceso en la campaña
bonaerense, por lo menos en esa época. Juzgúese por lo único que dice
al respecto: "La Mariquita y El Pollito, son por
el estilo de los que hemos descripto". Si Ventura Lynch fue el primer monografista local de
las danzas criollas, el compositor Arturo Berutti es el primer ensayista.
Cuando éste contaba 20 años de edad (en 1882), acometió la tarea de
clasificar, agrupar y describir los bailes criollos. Su trabajo — en
que debe reconocerse un noble esfuerzo — tiene aspectos interesantes;
pero en general sólo nos ha dejado el autor una simpática curiosidad
histórica. Lo aprovechable de su labor son las descripciones de las
danzas que vio bailar entonces y que, con las precauciones de siempre,
pueden considerarse muchas veces, fidedignas. Ya veremos cómo describe
la Mariquita. En 1863 el explorador inglés Thomas J. Hutchinson estuvo
en Córdoba y en Santiago del Estero. En ambas provincias vio bailar
la Mariquita, "que se acompaña con el tremolar de un pañuelo de
bolsillo". En la localidad de Matará (Santiago), súbitamente entusiasmado,
el inglés bailó. "Tuve el honor — dice — de bailar la "Mariquita"
con una mujer que no tenia ni zapatos, ni medias, ni miriñaque". El dibujo reproducido en la página siguiente, representa
una de las escenas con que Hutchinson ilustra sus andanzas. Se titula
"Mi primer baile en Córdoba", y a juzgar por el uso del pañuelo,
esa danza parece la "Mariquita", única de las que vio que
lo requiere, según se desprende del texto. Años antes, en 1830, la vio D'0rbigni en Santa Cruz
de la Sierra (Bolivia), e indudablemente sorprendido por su novedad
nos ofrece una descripción que no deja de ser valiosa, sobre todo por
la fecha en que fue escrita. Dice el incansable viajero: "En torno de las damas más amables se cambian espirituales
frases, interrumpidas súbitamente por una "mariquita", danza
viva y alegre, en que un guitarrista cantor debe, indispensablemente,
unirse a la música. Un caballero invita a una dama; se colocan frente
a frente con un pañuelo en la mano. El cantor comienza coplas de la
más extraña sencillez, pues ninguna perífrasis vela o disfraza el sentido;
la música la acompaña. Los danzantes agitan sus pañuelos con gracia,
marcando el compás con los pies, avanzan, retroceden, se atraviesan,
parecen huirse, vuelven a acercarse, dan vueltas el uno en torno al
otro. Los presentes dan palmadas a compás y el espectáculo ha terminado". El capitán inglés Joseph Andrews, en viaje de Buenos
Aires a Potosí, pasó por Santiago del Estero en julio de 1825 y fue
invitado a un "baile del país". Allí vio la Mariquita, y a
las circunstancias del espectáculo alude en términos que me interesa
traducir. Dice: "Un baile del país, aquí es una diversión de aspecto
poco semejante al de las tertulias de Córdoba y Buenos Aires, donde
el baile está en su mayor parte limitado a la graciosa contradanza española
y al minuet, el cual es sumamente grave y digno. Yo había visto antes,
es verdad, ocasionales muestras de "La Mariquita" y otras
danzas gauchas; pero nunca con la pureza de estilo exhibida aquí. Los
aires son ejecutados en la guitarra, y el de "La Mariquita"
es particularmente expresivo del aliento amatorio e incipientes avances
de los galanes, que esta danza parodia. El final de la pantomima es
lo que excita mayormente la alegría, pues entonces la pulcra y recatada
danzarina, que se ha sostenido largamente hasta aquí agitando su pañuelo
como bandera de triunfo e independencia, lo arroja ahora y se rinde
ante el irresistible y abrumador avance de su amoroso zagal". Añade Andrews que "estas danzas no pueden ser consideradas
como las más decorosas del mundo..." Es sabido que Mr. John Miller redactó y publicó en 1828
las memorias de su hermano, el general. Tenemos a la vista la versión
castellana que hizo el General Torrijos con los manuscritos de la segunda
edición — aumentada —, y en ella un párrafo que nos interesa: "Antes de la entrada de los patriotas no eran muy
frecuentes los bailes en Lima. Cuando el General San Martín estableció
su cuartel general en aquella ciudad, tenía reunión en el palacio una
vez por semana. Al principio, las señoras que sólo tenían costumbre
de bailar minuetes, fandangos, mariquitas y guachambes,
no estaban muy al corriente en contradanzas; pero como eran tan capaces
discípulas, se hicieron inmediatamente bailarinas muy graciosas y apasionadísimas
a aquella diversión". Parte del párrafo transcripto fue reproducido por josiah
Conder en 1831. Se puede afirmar que la Mariquita se bailó en el Perú
antes de 1821. Esta danza tuvo amplia dispersión en nuestro país. Aún
la recuerdan los viejos del norte y oeste, del litoral y hasta de la
Pampa. En esta gobernación hay memoria del texto siguiente: Mariquita si te casas Cásate con español Cuando no tenga qué darte Te dará conversación. FORMA Berutti explica los movimientos de la Mariquita, pero
nos dice con estimable prudencia que este baile "varia mucho en
sus formas de un pueblo a otro". Con sólo advertir que Berutti
nos describe una forma local del año 80 más o menos, vamos a ofrecerla
aquí, resumida, por ser la única explicación que desarrolla concretamente
los movimientos de esta danza. Dos parejas en cuadro. Cada hombre con su compañera
a la derecha. Saludo y cadena hasta retomar el lugar inicial. Ahora
cada bailarín (que al comenzar el baile miraba a la compañera del otro)
da frente a su compañera y zapatea. En la última cuarteta el hombre
da media vuelta circular y retrocediendo, seguido de la companera, hasta
quedar en el lugar que ocupaba la otra pareja al empezar. La "segunda",
en que se repiten estos movimientos, los reintegra a la posición inicial. Las descripciones de los viajeros, aunque muy vagas
y hasta dudosas, inducen a suponer que la Mariquita es danza muy semejante
a la Zamacueca. Una vuelta, media vuelta, giro, vuelta final, o juego
parecido, constituirían la forma. Las explicaciones de Berutti ilustran
cumplidamente sobre las posibilidades de variación de las danzas en
general; lo que importa mucho tener presente en esta materia. Según la descripción del músico argentino, parece que
esta danza adquirió figuras del ciclo grave, como la cadena. Informaciones orales que he obtenido, concuerdan en
que la Mariquita, en Santiago del Estero mismo, se bailaba a fines del
siglo pasado, no con pañuelo sino con castañetas. En San Luis se conoció
una variante que se inicia con un saludo del hombre seguido de tres
vueltas en el sitio y relación; saludo de la niña, otros tantos giros
y la respuesta; saludo de ambos, al fin. Es difícil establecer la forma antigua o dominante
de esta danza; evidentemente, ha variado mucho. Yo llegué tarde. Alcancé
a conocer en Catamarca, un cantor que todavía recordaba la música, y
se la tomé; pero era ciego y no pudo explicarme la forma de la danza.
Tampoco me fue posible obtenerla de un cantor que hallé en el norte
de Córdoba, que también sabía la música.
|
El Gato | El Pericón | ||||
La Zamacueca | Los Aires |
Sitio
realizado porTradiciongaucha.com.ar
- 2000
|