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EFEMERIDES HISTORICAS ARGENTINAS

3 de marzo de 1832 – Fallecimiento del Coronel Gregorio Ignacio Perdriel

Nació en la ciudad de Córdoba el 5 de Mayo de 1785. Siendo sus padres D. Julián Perdriel y doña María Josefa Garay de Islas, pertenecientes ambos a antiguas familias del Virreynato. Se inició en la carrera militar durante las invasiones inglesas. En Abril de 1807 figuraba como subteniente de la 8ª compañía del Batallón de Patricios Voluntarios. Después de la segunda invasión, el 31 de Julio del mismo año fue graduado capitán del mismo cuerpo, recibiendo la efectividad de este empleo el 29 de Agosto siguiente

El 23 de Marzo de 1809 era capitán graduado de teniente coronel en el mismo cuerpo de Patricios. Por decreto del 13 de Enero de 1809, Perdriel fue confirmado por la Real Junta de Sevilla en su jerarquía de subteniente de Patricios.

Producida la revolución del 25 de Mayo de 1810, Perdriel fue uno de los patriotas más entusiastas por el nuevo orden de cosas y en su clase de capitán, acompañó al general Belgrano en su desastrosa campaña al Paraguay, en cuyas acciones de guerra se encontró. En la batalla de Paraguary, el capitán Perdriel mandó la segunda columna de ataque.

El 16 de Enero de 1811 era promovido a sargento mayor del Regimiento Nº 1 y el 21 de Agosto del mismo año a teniente coronel del ejército. El 19 de Diciembre del mismo revista en el Regimiento Nº 1 con ese empleo.

Cuando el general Belgrano se hizo cargo del Ejército del Norte, Perdriel marchó a incorporarse al mismo después de la Batalla de Tucumán, con el Regimiento de Infantería Nº 1, lo que efectuó a fines de 1812, teniendo en aquel momento este cuerpo un efectivo de 523 plazas. Con él asistió a la batalla de Salta, el 20 de Febrero de 1813, donde mandó la 6ª columna de ataque, y en la que resultó contuso; mereciendo ser recomendado en el parte por su bizarra comportación.

En el desastre de Vilcapugio, el 1 de Octubre de aquel año, mandaba la reserva de Belgrano y en la batalla de Ayohuma el 14 de noviembre, mandando su cuerpo, el Regimiento Nº 1, se encontró en el centro de la línea de combate, ostentando ya el grado de coronel que le había sido conferido el 25 de Mayo de 1813.

El 8 de Febrero de 1815 fue reconocido como coronel efectivo y el mismo día el gobierno nacional lo designaba gobernador intendente de Cuyo, en reemplazo del general San Martín. Pero el Cabildo de Mendoza con fecha 21 de Febrero, se dirigió al Gobierno Supremo de las Provincias Unidas, solicitando que el general San Martín continuase desempeñando el puesto “porque así ha creído que convenía a la seguridad del Estado y a la tranquilidad de este País que se halla inmediatamente amenazado por el Conquistador de Chile”. El 16 de Marzo el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata comunicaba al general San Martín su continuación en el mando de la provincia de Cuyo “entretanto existan los riesgos que la amenazan”. El 5 de Mayo, Perdriel estaba de regreso en Buenos Aires, y el 29 del mismo mes fue designado vocal de la Comisión Militar.

Desalojado Alvear de la Dirección Suprema del Estado, por el motín de Fontezuelas, en Abril de 1815, poco después Perdriel se separó del servicio militar con fecha 14 de Febrero de 1816, “con goce de fuero y uso de uniforme”, en mérito a los servicios prestados a la causa de la libertad

Gobernador de la Fortaleza de Buenos Aires, el 25 de Noviembre de 1818, el 17 de Febrero del año siguiente fue designado comandante general interino de Fronteras. En 1820 fue uno de los jefes que acompañaron al general Alvear en su intentona fracasada para apoderarse del poder en Buenos Aires, actitud suya que lo desconcertó ante el ambiente sano del país y que le resultó trágica personalmente, pues cayó prisionero de Borrego en San Nicolás el 2 de Agosto.

El triunfo definitivo de los opositores a las tendencias de aquel General, impusieron al coronel Perdriel la aplicación de la Ley de Reforma el 28 de Febrero de 1822. Revistó en el E. M. de Plaza desde el 14 al 16 de Abril de 1824, en “que pasó a la Marina”; pero el 25 de Setiembre del mismo revistaba agregado al E. M. Activo, habiendo cesado poco antes de ser Comandante de Marina.

El 29 de Diciembre de 1827 fue designado Jefe de Policía de Buenos Aires, cargo que ejerció hasta el motín de Lavalle, el 1º de Diciembre de 1828, renunciando y diciendo a Lavalle que “la sangre de su amigo Borrego humeaba en su corazón”. A la caída del general Lavalle, el coronel Perdriel fue designado nuevamente Jefe de Policía por decreto del gobernador Viamonte, de fecha 3 de Setiembre de 1829, cargo que desempeñó hasta su muerte, acaecida el 3 de Marzo de 1832, víctima del cólera. El mismo día el gobernador Juan Manuel de Rosas dictaba un decreto disponiendo la erección de un monumento en el Cementerio de la Recoleta, para guardar sus restos, el cual sería costeado por el Gobierno. La “Gaceta Mercantil” del 7 de Marzo publicaba un sentido artículo necrológico, destacando los grandes servicios prestados a la Patria por este benemérito soldado.

El 15 de diciembre de 1831 el gobernador Juan Manuel de Rosas envió a la Sala de Representantes un mensaje para el ascenso a coroneles mayores, a los coroneles Agustín de Pinedo, Gervasio Espinosa, Félix de Olazábal, Angel Pacheco, Gregorio Perdriel y Celestino Vidal. La Sala recién sancionó el ascenso propuesto el 11 de Setiembre de 1832, sin excluir en su resolución al ya finado coronel Perdriel, el cuál fue así promovido a general “post mortem”.

El coronel Perdriel fue diputado de la Legislatura de Buenos Aires, elegido en los comicios del 22 de Julio de 1827. Asimismo fue Jefe del Regimiento Patricios entre 1812 y 1813.

Fuente: Biografías Argentinas y Sudamericanas, Jacinto R. Yaben, Tomo IV, Buenos Aires (1938)

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3 de marzo de 1857 – Fallecimiento del Almirante Guillermo Brown

Primer Almirante de nuestra fuerza naval, primero en la cronología y en el prestigio, Guillermo Brown consagró su vida al servicio de su patria de adopción. Había nacido en Foxford, Irlanda, el 22 de junio de 1777.

De familia profundamente católica, de niño fue llevado por su padre a los Estados Unidos de Norteamérica, donde al entrar a la adolescencia quedó huérfano, embarcándose entonces como grumete en un barco norteamericano.

Durante diez años navegó Guillermo Brown por las aguas del Atlántico y en dura escuela adquirió esa admirable pericia, cualidad descollante de su personalidad de marino. Había alcanzado matrícula de capitán cuando en 1796 fue apresado por un buque inglés y obligado a prestar allí servicios. Esa nave inglesa fue luego apresada por un navío francés y conducido prisionero de guerra a Francia, de donde logró fugarse.

Al regresar a Inglaterra reanudó su carrera marítima y el 29 de julio de 1809 contrajo enlace con Elizabeth Chitty, en el condado de Middlessex. Finalizaba ese mismo año cuando Brown llegó al Río de la Plata a bordo del “Belmond” y se radicó en Montevideo para dedicarse al comercio.

El 18 de abril de 1810 con la fragata “Jane”, de su propiedad, arribó a Buenos Aires en gestión comercial y permaneció dos meses en la entonces capital del Virreinato, siendo testigo de la gloriosa semana de Mayo.

Años después, en la Banda Oriental dominada por los marinos realistas, Brown luchó contra ellos. Apresó la goleta “Nuestra Señora del Carmen” y la balandra “San Juan de Ánimas”; intentó abordar con un bote y veinte marineros al bergantín de guerra “Cisne”, y transportó también armas, víveres y oficios del gobierno de Buenos Aires a los patriotas de la Banda Oriental. Era pues un militante de la causa de Mayo, cuando en marzo de 1814 el Directorio le confirió el grado de Teniente Coronel y lo puso al frente de la escuadra para que defendiese la libertad y el honor argentino.

El genio estratégico de Brown vislumbra que una acción naval contra Montevideo puede producir la rendición de esta plaza que resistía desde casi cuatro años el sitio de las fuerzas terrestres de Buenos Aires. Insiste Brown ante Posadas y el Consejo de Estado sobre la necesaria urgencia de iniciar acciones navales contra Montevideo y logra imponer su criterio.

El 14 de Abril de 1814 zarpa de Buenos Aires la fuerza naval al mando de Brown, que iza su insignia en la fragata “Hércules”, y el pueblo de Buenos Aires contempla alborozado su partida.

El triunfo de Brown en este combate trajo aparejada la caída de Montevideo en poder de las fuerzas sitiadoras, hecho que se produce el 23 de junio de 1814. Según San Martín la victoria de Brown en aguas de aquella plaza era “lo más importante hecho por la revolución americana hasta el momento”.

Terminada la campaña de 1814 emprende Brown con la fragata “Hércules” que le fuera donada por el gobierno, un crucero por aguas de Chile, Perú, Ecuador y Colombia, que inicia a fines de 1815 y abarca hasta mediados de 1816. Llevó las ideas de libertad de la Revolución de Mayo hasta aquellas regiones y fue precursor de la gesta libertadora que llevaría a cabo San Martín.

Cuando regresó a Buenos Aires, no quiso tomar parte en conflictos internos y se retiró a su hogar, dedicándose al comercio.

Corría el año 1825, el Imperio del Brasil, que entonces ocupaba parte del Uruguay, alegando que las Provincias Unidas del Río de la Plata habían apoyado la expedición de los treinta y tres orientales y alentaban a los uruguayos a liberarse de la ocupación brasileña, le declara el 10 de diciembre de ese año la guerra a nuestro país. El 21 de diciembre de 1825 una escuadra imperial al mando del Vicealmirante Rodrigo José Ferreyra de Lobo bloqueó Buenos Aires.

Entonces el gobierno llamó al Almirante y el 12 de enero de 1826 le confirió, con el grado de Coronel Mayor, el mando de la Escuadra integrada por muy escasas fuerzas: los bergantines “General Balcarce” y “General Belgrano” y una vieja lancha cañonera, la “Correntina”.

Demostró entonces Brown otra faceta brillante de su capacidad: la organización; 12 lanchas cañoneras fueron inmediatamente incorporadas y al poco tiempo se incrementó el número de buques mediante la adquisición de la fragata “25 de Mayo”; los bergantines “Congreso Nacional” y “República Argentina” y las goletas “Sarandí” y “Pepa”. El Almirante izó su insignia en la fragata “25 de Mayo”.

Las primeras acciones contra la flota brasileña tuvieron lugar el 9 de febrero de 1826. Durante el combate la fragata “Itaparica” buque insignia del almirante brasileño sufrió graves averías y muchas pérdidas de tripulantes.

El 10 de junio de 1826 una poderosa fuerza brasileña se presentó ante Buenos Aires, integrada por 31 barcos. Brown sólo disponía de 4 buques y 7 cañoneras, pero era dueño de ese coraje contagioso que se agranda ante la dificultad, y dirigiéndose a sus tripulantes los arenga con estas palabras:

“Marinos y soldados de la República: ¿Veis esa gran montaña flotante? ¡Son los 31 buques enemigos! Pero no creáis que vuestro general abriga el menor recelo, pues no duda de vuestro valor y espera que imitaréis a la “25 de Mayo” que será echada a pique antes que rendida. Camaradas: confianza en la victoria, disciplina ¡y tres vivas a la Patria!”

Momentos después la nave capitana de Brown dio aquella consigna inmortal: “Fuego rasante, que el pueblo nos contempla”.

Poco antes de las dos de la tarde se empeñó la acción en toda la línea. Aumentó la angustiosa expectativa de la muchedumbre agolpada en la ribera con la presencia de otras naves que a toda vela acudían al lugar del combate. Era el bravo Rosales que llegaba en ayuda del Almirante con la goleta “Río de la Plata” y lo mismo hacia Nicolás Jorge con el bergantín “General Balcarce”. Para facilitar la maniobra de estas dos naves atacó Brown con frágiles cañoneras a uno de los más poderosos buques brasileños, la fragata “Nitcheroy” y al despejarse el humo del combate se vio que la fuerza enemiga se retiraba. Brown ese día recibió del pueblo de Buenos Aires las pruebas más exaltadas de admiración y gratitud.

El Almirante Brown derrochó coraje y audacia sin límites en el combate de Quilmes, librado el 30 de julio de 1826. A bordo de la fragata “25 de Mayo”, cuyo Comandante era el Coronel de Marina Tomás Espora, y apoyado por el valiente Rosales con su goleta “Río de la Plata”, combatió contra veinte naves enemigas. El buque de Brown soportó un intenso cañoneo y el Almirante que instantes previos al combate había comunicado a los suyos esta consigna: “Es preferible irse a pique antes que rendir el pabellón”, se ve obligado a abandonar la “25 de Mayo” que es remolcada a Buenos Aires y sigue la batalla a bordo del bergantín “República”. Ante el temor de quedar varadas las naves brasileñas se retiran y la escuadra de Brown empavesada como en días de gala llega al puerto de Buenos Aires.

En febrero de 1827, el Almirante Brown enfrentó al enemigo en el combate de El Juncal.

Esta acción naval terminó con una derrota de las fuerzas brasileñas y en ella tuvieron actuación destacadísima el comandante del bergantín “General Balcarce”, Francisco José Seguí, y el comandante de la goleta “Maldonado”, Francisco Drummond.

Durante ese combate fueron apresados doce buques brasileños, tres fueron incendiados y únicamente dos pudieron escapar.

El 6 de abril de 1827 el Almirante Brown con una fuerza integrada por los bergantines “República”, “Independencia” y “Congreso” y la goleta “Sarandi” zarpó del fondeadero de Los Pozos con el objeto de realizar un crucero sobre las costas brasileñas. Navegaban a la altura de la Ensenada cuando debido a un error del piloto los buques encallaron en la punta del banco de Monte Santiago. En esa situación fueron sorprendidos por fuerzas navales brasileñas muy superiores y durante el 7 y 8 de abril de 1827 debieron soportar un infernal fuego del enemigo. Las naves patriotas causan graves averías en los buques enemigos y resisten hasta que en algunas se carece de municiones. Drummond que era comandante del “Independencia” cae herido mortalmente cuando se dirigía en busca de municiones.

Antes de permitir que la “República” e “Independencia” sean apresadas por el enemigo, Brown ordena incendiarlas luego de pasar a sus tripulaciones a los otros dos buques, y emprende el regreso a Buenos Aires.

En el mes de agosto de 1828 finaliza la guerra contra el Brasil y entonces Brown se retira a la vida privada no queriendo tomar parte en la lucha que durante más de veinte años librarían unitarios y federales. Esa era su intención pero el bloqueo a que es sometido Buenos Aires por parte de las fuerzas inglesas y francesas cuyo comienzo data desde el año 1838 hace que el viejo Almirante vuelva al servicio activo. Comprendía que el pabellón celeste y blanco enfrentaba un peligro y él nuevamente estaba listo para defenderlo.

En el Río de la Plata que había sido escenario de combates en las guerras de la Independencia y contra el Imperio del Brasil, realizó otra vez jornadas de epopeya: bloquearía a Montevideo burlando la flota inglesa; causaría derrota tras derrota a las naves del Uruguay que presidía Rivera que había abierto hostilidades contra Rosas. El 15 de agosto de 1842 el Almirante Brown en aguas del Río Paraná en Costa Brava, derrota a una fuerza naval riverista que era comandada nada menos que por el héroe italiano José Garibaldi. “Déjenlo escapar, ese gringo es un valiente” es la orden que Brown imparte a sus subordinados cuando pretendían perseguirlo para ultimarlo.

Producida la caída del régimen que encabezaba Rosas, muchos marinos fueron eliminados del escalafón activo de la Armada, pero no el Comandante de la Escuadra de la Confederación. Por el contrario, el Ministro de Guerra y Marina le cursa al Almirante Brown una comunicación manifestando: “El Gobierno con esa medida ha consultado la decidida predilección a que V.E. tiene títulos por sus viejos y leales servicios a la República Argentina en las más solemnes épocas de su carrera”.

Retirado en su quinta de Barracas fue visitado por Grenfell que había sido su adversario en la guerra contra el Brasil. Al manifestarle aquél cuan ingratas eran las Repúblicas con sus buenos servidores, contestó el anciano Almirante: “Señor Grenfell, no me pesa haber sido útil a la patria de mis hijos; considero superfluos los honores y las riquezas cuando bastan seis pies de tierra para descansar de tantas fatigas y dolores”.

El 3 de marzo de 1857 fallece el Almirante Brown y el gobierno decreta honras al ilustre marino que, como decían los considerandos de la resolución oficial “simboliza las glorias navales de la República Argentina y cuya vida ha estado consagrada constantemente al servicio público en las guerras nacionales que ha sostenido nuestra Patria desde la época de la Independencia”.

Seis buques de la Armada Argentina llevaron su nombre: Goleta (1826), Vapor de Guerra “General Brown” (1867-Primer Buque Escuela), Acorazado (1880), Crucero (1931), Destructor (1961), Destructor (1983).

Fuente: Estado Mayor General de la Armada

Oscar J. Planell Zanonem - Oscar A. Turone
Agrupación Patricios Reservistas

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