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EFEMERIDES
HISTORICAS ARGENTINAS |
12 de Diciembre de 1857 – Fallecimiento del coronel Pedro José Díaz
El coronel Díaz nació en Mendoza el 19 de marzo de 1801, y era
hijo del sargento mayor Luciano Díaz de Guzmán y de Dorotea
Ordóñez. Estudió con el franciscano fray José
Benito Lamas y tenía trece años cuando ingresó como cadete
al Regimiento 8º de Infantería. En abril de 1816, con el grado
de subteniente marchó con el regimiento a las órdenes del coronel
Manuel Dorrego, para formar parte del ejército que al mando de Díaz
Vélez marchó sobre Santa Fe. En esta campaña participó
de las siguientes acciones de guerra: 1º, En el paso de Carcarañá;
2º, En Coronda; 3º, En el Paso de los Catalanes; 4º, En el
de Aguirre. El 3 de agosto intervino en la batalla de La Hacienda, y al día
siguiente, en la toma de Santa Fe. El 12 de agosto participó en la
sorpresa a los indios del Chaco en la Quinta de Larramendi, donde salió
herido de un lanzazo.
Los 27 días que ocuparon Santa Fe, antes como después de ser
herido, se encontró en 18 guerrillas, sin ningún descanso, pues
la mitad del ejército se veía obligado a batirse desde que salía
el Sol hasta las 12 del día, que era relevado por la otra mitad hasta
después de cerrar la noche, para empezar al día siguiente. Después
de una de las retiradas más penosas, regresaron a Buenos Aires, a fines
de setiembre y en noviembre partió a Mendoza para incorporarse al Ejército
de los Andes.
Participó en la Batalla de Chacabuco y en la noche funesta de Cancha
Rayada, el 19 de marzo de 1818. También lo hizo en la Batalla de Maipú,
donde luchó con su habitual bizarría, recibiendo las condecoraciones
otorgadas por los gobiernos de Chile y de las Provincias Unidas.
En 1821, ya con el grado de capitán, llegó a las fortalezas
del Callao y en esta campaña el propio Libertador le encomendó
entrara en Lima al frente de su compañía, el primero de todos.
Y el 11 de julio fue Díaz quien custodió la entrada en Lima
de San Martín.
El 14 de agosto de 1821 estuvo en el violento asalto a las fortificaciones
del Callao a las órdenes del general Las Heras, en que los patriotas
fueron rechazados con algunas pérdidas. En noviembre del mismo año
fue nombrado “Benemérito de la Orden del Sol” y en septiembre
de 1822 ascendió al grado de sargento mayor.
En 1826 hizo la campaña del Brasil y por su distinguida actuación
en la Batalla de Ituzaingó obtuvo los despachos de teniente coronel.
Terminada la guerra del Brasil, Díaz apoyó el movimiento del
1º de diciembre de 1828, siendo ascendido luego a coronel del Batallón
4º de Cazadores y quedando a cargo del comando de la Frontera Norte.
En enero de 1830 fue dado de baja por el gobierno federal y emigró
al Estado Oriental. Vivió retirado en Paysandú, prescindiendo
de los sucesos locales que agitaron aquel país. Posteriormente se incorporó
al ejército “Libertador” de Lavalle e hizo con éste
las campañas de 1839 y 1840, pero en Quebracho Herrado (28 de noviembre
de este último año) cayó prisionero del coronel Hilario
Lagos, quien le tendió los brazos en el campo de batalla, lo felicitó
por su valor y le garantizó su vida.
Díaz pasó primero a Buenos Aires y se radicó en esta
ciudad. Cuando el pronunciamiento de Urquiza contra Rosas, pese a ser unitario,
ofreció su espada a la Confederación y se incorporó al
ejército federal. El 2 de febrero asistió a la junta de guerra
que presidió Rosas y de la cual participó su amigo Hilario Lagos.
Al día siguiente, en Caseros, los coroneles Díaz y Chilavert
fueron los héroes de la batalla, en el ejército federal. Ambos
combatieron con bravura de león. Como dice Adolfo Saldías: “Después
de una hora de rudo combatir a pie firme, los batallones de Díaz, disminuidos,
cercados, exhaustos de fatiga, y faltos de municiones, iniciaron un movimiento
de retirada apoyando su flanco con líneas de tiradores a lo largo de
unas zanjas y cerco de tunas”. Y, más adelante, agrega: “Poco
después de las dos de la tarde y, cuando la caballería aliada
amenazaba rodear completamente las brigadas de Chilavert y de Díaz,
se aproximó por el flanco derecho de estas una columna de caballería
atraída por la vista de Rosas y los que lo acompañaban, y la
cual chocó con la división Sosa. Rechazada esta envolvió
en sus filas a Rosas, al mayor Reyes y a algunos oficiales”.
Ambos valerosos coroneles Díaz y Chilavert cayeron prisioneros. Pronunciada
la derrota, Díaz trató de sublevarse a la persecución
de las fuerzas vencedoras, pero fue capturado y enviado al campamento de la
División oriental. Su destino fue más feliz que el del valiente
Chilavert, cuya ejecución sirvió para aquilatar las cualidades
excepcionales de valor que adornaron a este heroico guerrero de la independencia.
Ambos valientes coroneles, habían puesto su espada al servicio de Juan
Manuel de Rosas, en plena concordancia con el elevado sentimiento de patriota
argentino que revela la contestación que frecuentemente daba a Reyes
el coronel Díaz después del pronunciamiento de Urquiza:
“Y usted, coronel, ¿qué papel desempeñará
en esta emergencia; son los suyos los que vienen”, preguntó Reyes.
“No”, le contestó, con esa expresión franca y leal
que le caracterizaba: “es Urquiza, es el Brasil, y yo como soldado estaré
en mi pueblo puesto al lado del Gobierno de mi patria, sea Rosas o el diablo”.
En setiembre de 1852 fue nombrado capitán del puerto de Buenos Aires,
y durante el gobierno del general Manuel Guillermo Pinto, ministro de la Guerra.
Terminada la contienda entre el estado de Buenos Aires y la Confederación
Argentina, el coronel Díaz se retiró a la vida privada, implantando
un establecimiento agrícola en Morón, pero a pesar de su prescindencia
de los asuntos políticos y militares, se le consideró complicado
en un movimiento subversivo que debió estallar en Buenos Aires, en
junio de 1855, por lo cual fue arrestado en su residencia en Morón
y conducido a Buenos Aires, donde este gran soldado permaneció tres
meses en incómoda cárcel.
El 1º de julio de 1866 fue nombrado Jefe del Estado Mayor del “Ejército
de la Frontera Sud”, en reemplazo del coronel Emilio Mitre. Dicho ejército
tenía su cuartel general en San Benito.
Murió en Buenos Aires el 11 de diciembre de 1857. Estaba casado con
doña Genoveva Gallardo y Tabanera.
Fuente:
Chávez, Fermín – Iconografía de Rosas y de la Federación,
Buenos Aires (1972).
Yeben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas –
Buenos Aires (1938).
Oscar
J. Planell Zanonem - Oscar A. Turone
Agrupación
Patricios Reservistas
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